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Cristóbal. Grabado en la Memoria

Exposición

13.05.2022 / 26.06.2022

Cristóbal. Grabado en la Memoria

Hablar del grabado de Cristóbal Aguilar Barea, o Cristóbal, como firmaba sus obras, es hablar de su vida.

Cristóbal estudió grabado calcográfico en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, con su maestro Jesús Fernández Barrio.

En el verano de 1960 marcha con José Ortega a París, donde se especializa en las técnicas de linograbado y xilografía. A su vuelta, junto a Francisco Cortijo y Francisco Cuadrado, todos de ideología comunista, crearon el Grupo Sevilla de Estampa Popular, un movimiento artístico que surge en Madrid a finales de los años cincuenta, liderado por el propio José Ortega y protagonizado por grabadores e ilustradores en defensa de la libertad, la democracia y lucha contra el franquismo.

Fruto de su compromiso, es latente en sus grabados la realidad en la que vive, sus temas nunca son neutrales; representa la dureza del quehacer diario del trabajador, hecho que le lleva a plasmar rostros surcados de arrugas, retratos que denuncian las vejaciones sufridas durante siglos. Parafraseando a Gabriel Celaya, Cristóbal detesta el lujo cultural y dibuja, traza o talla sin la retórica académica ni la ganga atildada, que tanto admira la burguesía. No se deleita en la línea virtuosa, tampoco en el remedo tremendista, porque el terror franquista no necesitaba los escenarios de Piranesi para acogotar a las víctimas en un chanceo opresivo de onda creciente, como las que teorizó Gombrich. Cristóbal comprende la singular importancia de la incorporación de las masas a la historia, no se expresa desde el yo estilista, de forzada poética personal, sino desde su posición social de trabajador en el arte, entre otros trabajadores, él es uno más en la masa, que no es la suma de individualidades.

En la muestra Cristóbal, Grabado en la Memoria, no sólo se pueden ver los grabados de esa época de Estampa Popular, sino que hay todo un recorrido por la obra gráfica que el artista forjó a lo largo de toda su vida. El grabado fue su especialidad, y aunque durante distintos momentos de su vida se centró más en la pintura al óleo o en las acuarelas, jamás abandonó esta disciplina, a la que recurría con bastante frecuencia.

Valeriano Bozal refiriéndose a los grupos de Estampa Popular, escribía; “los sevillanos Cortijo, Cristóbal y Claudio Díaz se mueven entre el realismo de la vida cotidiana y el realismo social con una visión intimista alternativa al grabado académico y, al mismo tiempo, al informalismo”. Respecto a Cristóbal, destaca; “el realismo de las estampas en detrimento del expresionismo (…) nunca abandonará el realismo anecdótico, cuidadoso de las pequeñas cosas, del entorno de una perspectiva muy propia de la pintura sevillana. El propio artista, dijo que se trataba de “denunciar y ofrecer testimonios sobre la realidad social de aquellos momentos. Entendíamos el arte como protesta inteligible para todos y dirigido a la inmensa mayoría”.

Por otro lado, José María Moreno Galván, en su libro Pintura Española. La última vanguardia, de 1969, dijo de él: “Cristóbal también es un original, a pesar de valerse inequívocamente del consabido linóleum y de la iconografía campesina. Su relato carece de gesticulación o, mejor dicho, no posee más gesto que el de su silencio. Ni sus personajes, ni las actitudes de sus personajes, se valen nunca del estereotipo. Poseen la frescura matinal de una visión que, en cada caso, es inédita. Y cada persona tiene su carácter personal. Es una visión nueva, llena de extraña poesía, de realismo…”

Ejemplo de ello, grandes retratos como el de Antonio Machado, donde rehúye de los signos sociales superficiales y, como hiciera el poeta, centra su pensamiento y su voluntad en el trabajo y en la dignidad en los que el hombre encuentra sentido a la vida. Otorga valor revolucionario a la palabra, a la comunicación entre la gente. Su obra no denota su sentimiento, sino “nuestro” sentimiento, el del mundo obrero, sin localismos ni costumbrismos.

Esta exposición acoge además las últimas piezas realizadas en 2014 dentro de este ámbito, se trata de cuatro xilografías en homenaje a dos de sus poetas predilectos, Miguel Hernández y Antonio Machado, obras que al igual que Amnistía para el Proceso 1001, Queremos paz, la solidaridad con el pueblo Saharaui o con la Emigración profundizan en la clara denuncia social y política.

Otra vertiente dentro su producción artística fueron los carteles que realizó para las distintas ediciones del festival de Cante Grande de Ronda, junto con su buen amigo Juan Ortiz Ordóñez, con quien se embarca en la altruista organización de aquellos primeros festivales de cante, proyecto al que se unirán compañeros como José Manuel Montes o Gaspar Carreño, entre otros. Fueron Festivales por donde pasaron los mejores artistas de la época: Diego del Gastor, Paco de Lucía, José Romero, Antonio Mairena, Fernanda y Bernarda de Utrera, Camarón de la Isla, Terremoto de Jerez, El Borrico, José Menese, Antonio Núñez "Chocolate", Agujetas, Fosforito, Farruco, Farruquito, María Vargas... Estas piezas, que para esta muestra se han rescatado, son auténticas litografías, realizadas en los talleres de Gráficas del Sur.

Grabado en la Memoria es, en definitiva, un compromiso histórico con su tiempo. Como diría el mismo Juan Ortiz, su obra es la de un clásico contemporáneo.

Artista:

Cristóbal Aguilar Barea

Comisariado y texto firmado por:

José Ignacio Pérez Tapias

Luis Aguilar Aguilar

Inauguración:

20/05/2022 a las 19:30h

Contactos:

cultura@pueblacazalla.com

954 499 416


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C/ Fábrica, 27
La Puebla de Cazalla
(Sevilla)

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Horario de Invierno

V

17:30 - 20:30

S-D

11:00 - 14:00
17:30 - 20:30

Horario de verano

V

18:00 - 21:00

S-D

11:00 - 14:00
18:00 - 21:00

Entrada libre

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