
Joaquín
Sáenz
Sevilla, 1931 - 2017
Dibujo dedicado a Francisco Moreno Galván
Carboncillo sobre papel
39,5 x 30 cm
s/f
Como paisajista, Joaquín Sáenz muestra especial predilección por dos entornos muy afines a él: el entorno urbano de Sevilla y las playas de Conil, donde pasaba sus vacaciones. Estos paisajes funcionan como reflexiones acerca de la captación de la luz y de los efectos atmosféricos.
De madurez pictórica lenta y reservada, Sáenz fue autodidacta. El estudio del Impresionismo, el cubismo y la abstracción lírica están muy presentes en su obra. Intimista y de gran exquisitez formal, representa ambientes cálidos y sencillos, heredero de la tradición realista sevillana del XIX, vinculada a nombres como Jiménez Aranda o Sánchez Perrier y que sigue viva en artistas como Carmen Laffón o José Luis Mauri.
En esta obra, dedicada a su amigo Francisco Moreno Galván, se percibe la instantaneidad a la vez que la excelencia. Es un dibujo hecho desde el afecto, que aparece firmado y dedicado en el ángulo inferior derecho. En él, se representa un paisaje con dunas, misterioso, una especie de retiro, sosegado y de aspecto abandonado, lo que nos habla de las ausencias, lo vacío y la quietud.