
Carlos
Alcolea
A Coruña, 1949 - Madrid, 1992
S/t
Lápiz sobre papel
12 x 19 cm
1975
Carlos Alcolea fue un prolífero y reconocido artista a pesar de su corta vida, ya que murió víctima del sida en 1992, cuando recibió de forma póstuma el premio Nacional a las Bellas Artes.
Su infancia en Sevilla le sirvió para sentirse vinculado siempre a esta ciudad donde expuso numerosas veces. Pudiendo destacar entre sus individuales más punteras las de la Galería Buades o la que en 1981 hizo en la Galería Juana de Aizpuru.
Gran seguidor de la obra de David Hockney, publicará un libro titulado “Aprendiendo a nadar” y se convertirá en un gran exponente de la nueva figuración madrileña a pesar de que se inicia con obra abstracta con la que será premiado mientras cursaba la carrera de derecho. Hasta 1980, momento en que conoce a Luis Gordillo en el entorno de la galería de Juana Mordó, creía que el modelo a seguir en la pintura era Tàpies. Experto en dibujo, hará de las piscinas una constante en su obra, algo que le viene por la admiración a Hockney.
A pesar de su temprana muerte, a los 43 años, será considerado un gran exponente de la modernidad en su época. Se definía como “un cuerpo organizado para pintar” y fue un gran lector reflexivo que adoptó la pintura como un desdoblamiento interior que culminaba con una visión reflexiva que le lleva a desgranar la obra de estos artistas junto a Matisse y Katz de forma personal, como una investigación propia.
La obra presente en esta colección es un dibujo de 1975 que perteneció a Moreno Galván. Se trata de un retrato femenino de perfil, de trazo sencillo pero que engloba un gran simbolismo. Es un dibujo de juventud, de una etapa anterior a su reconocimiento artístico profesional pero que guarda gran relación con obras referentes de los artistas de principio del siglo XX, a los que tanto admiraba.