Diego
Ruiz Cortés
La Puebla de Cazalla (Sevilla), 1930 - Sevilla, 2009
Retrato de Emiliano Cáceres
Óleo sobre lienzo
70 x 90 cm
1960
Se trata de un género menos cultivado por Diego Ruiz Cortés, pero que, sin embargo, resuelve de muy buena forma. Retrato masculino de tres cuartos sobre un fondo oscuro con toques anaranjados que recuerda a la paleta que usa habitualmente para sus paisajes de esta época.
Como género, aborda el retrato con gran coherencia con respecto a su propia pintura. Las formas angulosas con las que resuelve la indumentaria y las facciones guardan estrecha relación con los de Francisco Cortijo, con quien mantuvo relación en esta época a través del Club La Rábida, al que ambos artistas pertenecían.
Como habían hecho los maestros del Postimpresionismo, intentaba representar la luz y las formas mediante el color, modulándolas para obtener un efecto que, a priori, se obtuvo históricamente mediante el claroscuro de la pintura tradicional, y que es un recurso que en esta obra se ilustra a la perfección.