Ruiz Cortés

Detallado y espinoso se presenta este paisaje doméstico que en 1962 realizase Ruiz Cortés. En este año, como podemos ver, su paleta se hace más azul y violácea, en cierto modo, más lúgubre, y sus representaciones de la naturaleza se torna más doméstica, más intimista, algo que posiblemente, guarde relación con el contacto que establece con la pintora Carmen Laffón en ésta época en el Club La Rábida.

En esta obra, el titulo nos habla de que da toda la importancia a emplear un color cálido para realzar el protagonismo del elemento más característico de la composición: el árbol amarillo, una decisión que, posiblemente va ligada a su interés en investigar sobre sus referentes, sus intereses, la composición, la técnica, la temática y, en definitiva, sobre la propia pintura.